lunes, 15 de febrero de 2010

De vivir se trata nomá.

“Dos cosas quiere el hombre auténtico: peligro y juego” (F. Nietzsche)

Otra vez. Amargo, dudoso, oscuro, o en todo caso borrascoso y lleno de incertidumbres.. Ya no tiene sentido buscar el germen de la intoxicación o el por qué del traspié. Remanentes zozobras curadas no sirven para evitar de nuevo el disparate. Es tan perverso como intrigante y provocador ¿Qué más se necesita para no caer de nuevo al barranco? ¿Vacilación?.. ¿Consciencia?.. O tal vez un poco de memoria. Debería estar prohibida la asquerosa pusilanimidad de huir ante las posibilidades. Qué más da.. Y así es aquel abismo de imposible apocamiento, repleto de sucesos azarosos y donde el placer radica en el riesgo de arder y dejar que la vida vaya prendiéndote fuego. Al fin y al cabo, si terminamos siendo ceniza, que haya tenido sentido.

No hay comentarios: