sábado, 29 de mayo de 2010

Consejos.

Imagen: "Dejá que la vida te despeine"


Es muy curioso lo fácil que es dar consejos, todo está muy claro y es más que evidente. Ahora, qué cagada cuando querés llevarlos a la praxis. “Olvidate, calmate, hace algo por vos, buscá soluciones, no te amargues, no te estanques -y el infaltable-nada es tan atroz como lo es la muerte, todo tiene solución”. ¡JA! Patrañas, la más mínima idiotez puede hacerte mierda en tu pico descendente de ciclotimia –o si no, díganme ustedes, (mujeres) si no han llorado desconsoladamente con alguna película de mierda en su ciclo pre-menstrual- (la que dice que no, MIENTE DE MANERA ASQUEROSA).
Es muy lógico el temita de que la muerte no tiene remedio, sobre todo, ¡obvio! No le veo mucha utilidad a esa puta costumbre que tiene la gente en insistir sobre cuestiones indiscutibles para consolarte en ciertos momentos aleatorios. Lo más llamativo, en algunos casos, es el tácito -pero hipócrita- acuerdo entre las dos personas, tratando de minimizar la angustia. Estamos de acuerdo, nada es tan trágico, pero ¿Podes dejar de insistir en esas huevoniadas? Estoy como el orto y me chupa un huevo que hay cosas peores. Pero claro, todos somos tan racionales y tan coherentes… (¿?) ¿Somos? ¿Soy? Creo que debería apelar eventualmente al optimismo eufórico de Leibniz. Pero.. qué le voy a hacer, me tira el irracionalismo y me persigue la puta tendencia a la autodestrucción.

No siempre lo coherente y SUPER EVIDENTE del consejo desemboca en la racionalidad de las determinaciones. ¿En porteño? No sirven para una mierda.




domingo, 9 de mayo de 2010

nada.

Y si, no hay que perder la costumbre.
la reincidencia apesta.